Al igual que el baile fue una expresión a lo largo de los tiempos que con los nuevos ritmos hemos adaptado, cambiado y reconstruido la forma de nuestros movimientos, con las TIC´s ocurre igual, es cuestión de ensayar mucho.
Nuestra generación, inmigrantes digitales, hemos tenido que ir adaptándonos a las tecnologías, a base de ensayar mucho. La brecha digital es enorme puesto que se hablan lenguajes distintos. Estamos aprendiendo a marchas forzadas, primero para no quedarnos atrás y luego para entender el nuevo lenguaje y poder comunicarnos.
Teníamos nuestra zona de confort, una vida estable y no pensábamos que la Revolución Tecnológica nos iba a cambiar el rumbo de esta manera. Es verdad que hemos tenido que cambiar el chip.
A colación de esta reflexión os expongo un caso que me ocurrió recientemente y que me hizo recapacitar.
El otro día chateando con un amigo, aprovechando para felicitarles las fiestas y estas cosas que se hacen en estas fechas, al preguntarle como le iba lo noté desanimado. La conversación fue por Facebook pero nada más que por sus frases yo sentía que no estaba en su mejor momento. Me dijo algo que me hizo pensar y revolver por dentro. Me dijo que el emprendimiento junto con las redes sociales era el último tren que pasaba y que había que subirse en él ya que venían pisando fuerte las nuevas generaciones digitales.
Ante esa respuesta, le contesté contundente: “para nada es el último tren, vale que las nuevas generaciones nos dan mil vueltas en todo esto de las tecnologías pero nosotros tenemos la experiencia de haber convivido con los dos mundos, offline y online asi que esa ventaja llevamos“.
No se quedó muy convencido con lo que le dije. Aún así me parece bien y veo muy necesario el seguir formándonos, el seguir aprendiendo. Por mucha experiencia que tengamos, por mucho que nos apasione nuestro proyecto o trabajo, la formación tiene que estar presente en nuestra vida y en estos tiempos aún más.
Y en ello estamos, formándonos.